martes, 29 de mayo de 2007

La cuenta...

YUJUUUU!!!!

¡¡¡Que alegría!!!

Hoy es 28 de mayo. El cielo de Praga está que da asco. De nuevo hemos vuelto al gris que tan mal sienta a la cara y que nos hace parecer chinos a todos aquellos que tenemos los ojos azules.

Sin embargo, hoy me he dado cuenta de que empieza la cuenta. Sí sí, la cuenta!!! Hoy comienza la cuenta atrás!!!! Será justo el 28 de junio cuando regrese a ESPAÑA!!!

Qué ganas tengo de volver a España. Ay, lo que hecho de menos a mi familia, a mis amigos de toda la vida (que son tres,jejeje, pocas pero geniales), los ratos de charla en el estanco junto con mi AMPARILLO...los paseos con "LA MARI"...los cotilleos de última hora que nos trae SILVIA...Además, las ganas de estar en ESPAÑA, en MÁLAGA. En la PISCINA...TOMANDO EL SOL...

Este verano no pienso trabajar. Bastante he hecho durante todo el invierno como para encima no descansar y disfrutar de mi gente. Que después regreso de nuevo y tengo la sensación de que no he visto a nadie. Por eso, este verano me voy de gira!!!!Sí sí, de GIRA!!!!

De momento, del 5 al 9 de julio estaré en BARCELONA con mi BEITA!!!!! VIVA VIVA!!!!

Después, volveré a tierras granadinas para visitar a CARLITOS y a JOAQUÍN (que no me olvido de vosotros). Visita obligada es la que tengo que hacer a mi amigo JUAN. Qué ganas de pasear contigo por Granada y que me cuentes cómo ha cambiado la vida (espero que la tuya lo haya hecho mucho y para bien).

Después tocará MÁLAGA. PLAYA, PISCINA, CHIRINGUITOS, PASEOS NOCTURNOS, FERIA EN AGOSTO...

Y por supuesto, este verano me espera el GIMNASIO y PATINES!!!!

AMPARO, vete preparando que te espera el verano más deportivo de tu vida!!!!

En fin, que ya me queda muy poquito por estas tierras BOHEMIAS. ahora toca hacer las innnumerables listas para que nada se quede atrás. Libros no necesarios, ropa de verano más la que no voy a utilizar el año que viene, los patines (aquí no los uso), bla bla bla, bla bla bla...

¡¡¡Ya queda poco!!! Espero que estos días aqui se me pasen rápido. Cuatro semanas y adiós Praga.

Pero no todo será felicidad y viajes...también toca un poco de reflexión. Tengo mucho en lo que pensar. Pero eso lo haré en el autobús, en el avión, en el tren...de camino a las ciudades donde este verano pienso perderme (que los viajes se hancen largos y nunca sé lo que hacer)

Un beso muy grande para todos e informar que ya no puedo llamar por teléfono. Se me jodió el invento de llamadas gratuitas.

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miércoles, 23 de mayo de 2007

Mi amigo el escritor. Capítulo I

Tengo la suerte de contaros que a partir de ahora un gran amigo mío escribirá algunos textos que quiere que se los publique aquí.

Este amigo no es uno cualquiera, es un escritor (se dedica a ello profesionalmente). Le mandé un mensaje para que viera mi blog y me dijo que le gustaría escribir de vez en cuando algunas cosillas.

No quiero ser más pesado. Aquí os dejo el texto.

Muchas gracias Luis.

Necesito inspiración; necesito inspiración; necesito inspiración; necesito inspiración...

¿Quién decía que si pedías algo con muchas ganas se acababa por cumplir? Yo lo escribo muchas veces, para ver si realmente se cumple.

Todos los días me siento en la misma mesa del centro comercial viendo como pasa la gente y esperando a que llegue la inspiración.

Una niña corretea tras un globo de color rosa que ha golpeado más fuerte de lo normal; la madre de la niña que le regaña por alejarse demasiado; una chica vestida de blanco y con gafas de sol parece que busca algo; llega la mujer del carrito de la limpieza; tres amigos charlan y se ríen dos mesas a mi derecha; el hombre de seguridad... Pero quien nunca pasa es mi inpiración. No recuerdo en qué momento la dejé olvidada. A lo mejor no es que la haya perdido, sino que, directamente, nunca la tuve.

La he buscado por infinidad de sitios: en los parques, en los bancos de las plazas; en bares sucios y oscuros donde apenas podía ver lo poco que escribía...

Pero nada. Por más que esperaba nunca llegó la inspiración. Sólo una tonta sensación de buena idea.

Ahora ya no la busco. La espero sentado a que, cuando estime oportuno, aparezca un día cualquiera.

La niña ahora está llorando, se le ha roto el globo rosa. Su madre, a pesar del llanto, le está pegando un par de azotes. La chica de blanco ahora no va de blanco. Se ha comprado una camiseta de color rojo y se la ha puesto encima de la blanca. Los tres amigos continúan en su risa. La mujer de la limpieza seguirá limpiando.

Yo sigo sentado. Esperando a mi inspiración.

Mi inspiración continúa perdida, siéndome infiel con algún otro amante de las palabras.


Luis Kaiser

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sábado, 12 de mayo de 2007

¡¡Mira quién nada!! (paciencia,es un poco largo)


Me ha entrado ahora la tontería esa que nos entra a los que somos modelos de fotografía: la obsesión por el cuerpo.

Y vosotros diréis: ¿Desde cuándo coño el niñato este es modelo de fotografía?

Y yo os responderé: Desde que he decidido posar cada vez que me hagan una foto, jejeje.

En una de esas fotos hechas con una cámara digital último modelo de no sé cuántos pixeles y no sé cuántas chorradas más, aparezco yo con mi cuerpo serrano y mostrando una incipiente barriguita de alta resolución. En un principio uno piensa: "La cámara engorda, y más si tiene tantos megapixeles".

Después, cuando llegas a tu casa y recuerdas que en la cámara de Lucía apareces orondo, vas al que crees que es tu gran consolador: el espejo adelgazante del pasillo marca IKEA.

¡¡Pues mala opción!! El espejo es de IKEA, y al ser de IKEA, el cristal no va a ser bueno...como mucho te encontrarás una especie de papel de alumino que hace la función reflejante del espejo pero añadiendo unas pocas desgracias más: los kilos.

Es en ese momento cuando recurres a los pantalones vaqueros recién sacados de la lavadora y que todavía el culo y los muslos de uno no los han dado de sí. Entonces compruebas horrorizado que donde antes iba el cinturón ahora se ha acomodado una pequeña pero incómoda bartolilla.

Desesperadamente buscas el consuelo en otros pantalones y te planteas opciones:

- Dejar de comer.

- Hacer dieta.

- Hacer deporte.

Las dos primeras no, me gusta demasiado comer. Y la tercera...a pesar de la pereza, elegí hacer deporte. Y claro, un deporte que me gustara. Tachín tachán!! LA NATACIÓN.

Y así de feliz iba yo a mi piscina climatizada a conseguir aquello que tanto deseaba: desalojar de mi cuerpo a la incipiente pero molestosa barriguita.

Mi mochila, bañador, mis gafas de bucear, el champú para las duchas (jabón no, que vaya que se caiga y ya la hemos liado) y todo el kit completo del swinming-man.

De la noche a la mañana me había convertido en un David Meca (pero con los dientes más amarillos).

Total, llego todo feliz a la piscina y compruebo varias cosas:

1º- Que el agua de las duchas no está todo lo caliente que a uno le gustaria para poder demostrar su "portento personal" en la zona de baño.

2º- Que el agua de la piscina no está ni la mitad de caliente de como uno la esperaba, llegando a la siguiente concusión: de ninguna forma posible vas a demostrar tu "portento personal" en la zona de baño.

Decido meterme en el agua (intentando evitar las caras de estreñimiento provocadas por una piscina sin climatizar).

Total, me acostumbro al agua horrorosa haciendo ejercicios de estiramiento de esos que quedan tan patéticos pero que uno se cree que está quedando profesional.

Comienzo a nadar, primero despacio, para no demostrar todo mi potencial, y poquito a poco voy subiendo el ritmo.

La piscina se va llenando de gente y, cada vez más agobiado, decido ponerme en la misma calle que un viejecito de unos 70 años.

Pensamiento lógico: "¡qué coñazo tener que estar todo el rato con un ritmo lento detrás del tio este!"

El nadar en la misma calle lo que tiene es que a veces tienes pequeños encontronazos con la otra persona. Y claro, la situación de tirar uno para un lado para quitarse del medio, y que justo la otra persona tire para el mismo lado, se había producido varias veces provocando en él una sonrisa de esas típicas que te dicen "chico, a ver si te decides y dejas de molestar".

Por fin, después de casi una hora, la piscina se queda practicamente vacía. Aprovechando esta situación, me adueño de una calle. ¡Por fin podía nadar con libertad! ¡Me sentia como el alcalde de mi pueblo! Gobernador de calles a mi antojo.

El viejecito, que estaba justo en la calle de al lado, seguía cruzándome miradas. Y entonces pensé, "voy a demostrarle lo bien que nado y así dejará de mirarme de esa manera". Ya ves tú, la intención que tendría la mirada del pobre hombre. Pero mis hormonas en pleno apogeo de masculinidad decidieron por mi: "Vamos a demostrar quién nada más rápido aquí".

Me lancé a nadar como si una ballena fuera (no por la barriga, sino por la cantidad de agua desplazada) y a esto que, después de una hora y media nadando, que el cuerpo ya está resentido, y mucho más para darle un último trote a toda velocidad, mi pantorrilla izquierda empieza a fallar y PLAAFFF!!!! CALAMBRE en pleno mar mediterráneo (lo grande que se ve una piscina cuando no puedes nadar y encima no haces pie - aunque sólo sea con el que tienes en buen estado-)

Como pude me acerqué al bordillo y salí con la expresión de estreñimiendo que al entrar intenté evitar.

Luchando para que aquello me dejara de doler y, para que nadie se diese cuenta de mi cojera, llegué a las gradas, descansé y me fui a los vestuarios a cagarme en todas mis hormonas. Obviamente, entre el agua fría y el dolor muscular, mi portento personal se quedo reducido a la mínima expresión.

Llevo cuatro días cojeando, y encima el viejo nadaba más rápido que yo.

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jueves, 10 de mayo de 2007

Me duele la cabeza



¡Ay Dios mío!


La informática y el internet van a acabar conmigo.


Estoy intentando abrir un foro, para que la gente que me visita tenga acceso a él y puedan hablar como hablo yo aqui (de sus intereses, preocupaciones, sus tonterías...) pero por más que hago el esfuerzo de entenderlo...no hay manera.


No entiendo nada de nada. Abro la página del administrador y es como si no viese nada.


En fin, menos mal que Luis (ex-becario de la embajada y administrador de varios blogs y web-site) va a enseñarme un poco cómo se maneja un foro.


Por una vez, esto de los ordenadores se me ha resistido (y cosas más difíciles he hecho)

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sábado, 5 de mayo de 2007

No quiero...


Hace tiempo leí en el blog de Abejita que se iba a convertir en cazadora de instantes.

Guardar en la memoria todo aquello que vivimos para sentir que hemos aprovechado el tiempo al máximo. Que hemos vivido intensamente. Llenarte de recuerdos; de momentos; de personas; de sentimientos; de vivencias...

Yo también aposté por ser un cazador de instantes.

Sin embargo, hoy he cambiado de opinión. Ya no quiero ser cazador de instantes. Ya no quiero guardarlo todo en la memoria; no quiero llenarme de experiencias continuamente.


Ya no quiero que el silencio sea memoria, sino que la memoria, a veces, sea silencio.

Quiero que callen todos esos momentos negativos que he protagonizado. Que se borre todo lo malo de mi; todo lo malo que he provocado.

Que desaparezcan aquellos momentos en los que dejé de provocar una sonrisa. En los que sustituí un abrazo por una mala palabra, un mal gesto, una mala respuesta.
Aquellos minutos en los que no entro en razón. En los que no me doy cuenta de las cosas y cuando lo hago ya es demasiado tarde.

Quiero que callen todas esas "tonterías" que nos hacen sufrir y que nos separan paulatinamente. Aquello que se clava como un cuchillo de doble hoja justo en el centro de la anilla de tus ojos( al fin y al cabo, se ama con la mirada).

Quiero borrar todos tus recuerdos negativos de mi. Que veas mi imagen limpia. No quiero que un momento tan pequeño y absurdo, manche todo el resto de felicidad compartida.

Al final, lo bueno queda, y lo demás se va.
Hoy emprendo un viaje nuevo.

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miércoles, 2 de mayo de 2007

Hoy rescato...UN CUENTECITO


¡Por fin estoy vivo! De nuevo puedo ver ¡Y puedo volar! -ya casi se me había olvidado lo que era ver toda la ciudad desde las alturas- No sé qué ciudad es ésta. Es nueva para mí. Por eso me gusta mi vida. Cada vez estoy en un lugar diferente. Conozco sitios donde, incluso, no se puede llegar.

Todos mis compañeros desean ser humanos. Dicen que tienen una vida más larga, ¡que experimentan más cosas! y, además, que también pueden viajar como nosotros. Pero, a mí, me gusta más cómo soy. Veo las ciudades desde arriba. Veo los paisajes, los edificios, los ríos, los coches... Pero, a veces, no veo nada; a veces estoy tan alto que sólo veo gris. Aunque eso también me gusta.

Mi viaje es corto. Yo suelo ir volando por la ciudad hasta que ya no puedo sujetarme más. Cuando eso ocurre, me dejo llevar por el viento. ¡Es muy divertido! Conforme me dejo arrastrar, veo las ciudades más de cerca y, a veces, hasta me desplazo y puedo ver mucho más.

El viento es mi amigo. Mis compañeros dicen que lo odian, que su labor es para ellos como una agonía antes de la muerte. Pero a mí me cae bien; dejo que me abrace, que me envuelva y que me haga bailar mientras observo la ciudad antes de caer.

Para mí, caer es como para los humanos morir. Pero yo sí que tengo más vidas. Tarde o temprano el sol me hace de nuevo subir -bueno, no a mí, sino a mi alma (que también la tenemos)- y es allí arriba donde crezco y me desarrollo. A veces, mis brazos son más fuertes y aguanto más, y, en otras ocasiones, me rindo en plena adolescencia. Pero, a pesar de todo, disfruto y aprovecho cada instante.

En esta ocasión he podido llegar a la madurez. Sé que para llegar a ser un adulto la ciudad tiene que estar muy fría. Pero en muy rara ocasión me ha pasado y, por ello, pienso disfrutar a tope mi caída.

Caerse en la edad adulta es la mejor forma de caer. La bajada es mucho más despacio y el viento está más juguetón.

Hace un instante que me he soltado. Ya no aguantaba más. Ahora estoy bajando ¡Qué viaje tan bonito! ¡Ojalá siempre fuese de esta forma! Me gustaría posarme en una ventana y ver la ciudad desde allí. Un minuto. Un segundo tal vez. Dejaré que el viento me lleve para juntos bailar hasta que el suelo me haga morir de nuevo. Ojalá nazca de nuevo siendo un copo de nieve.

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